DE NO CREER: No le quisieron vender cerveza y regresó al bar en un caballo y con una motosierra.

DE NO CREER: No le quisieron vender cerveza y regresó al bar en un caballo y con una motosierra.

Este particular episodio tuvo por protagonista a un hombre de 53 años, el cual se dedica al área forestal y generó pavor entre los clientes de una cervecería ubicada en Marín, Pontevedra.

Existen personas que por tomarse una cerveza hacen cualquier cosa. Tal es el caso de este hombre que atemorizó a los clientes y trabajadores de la reconocida cervecería "Atalaya", ubicada en Marín, Pontevedra, quienes presenciaron un acontecimiento poco común, cuando un hombre decidió volver al bar luego de habérsele negado un vaso de cerveza, pero no volvió caminando, sino a caballo y amenazando con una motosierra.

Este hombre de 53 años era un cliente regular de la cervecería, sin embargo, un día consumió hasta el punto de embriagarse, por lo que debido a su estado, abandonó el lugar sin abonar las cervezas que había consumido. Ante este hecho, los trabajadores del bar tomaron la decisión de prohibirle el ingreso al sujeto por dos días, circunstancia que él respetó a rajatabla. Luego de 48 horas como le habían indicado, esta persona volvió al bar, y apenado por su comportamiento, decidió abonar su deuda. Luego, le ordenó al mesero que le traiga una cerveza, pero el joven al notar que este hombre estaba alcoholizado nuevamente, se la negó rotundamente.

El sujeto regresó a su hogar, pero en un impulso, volvió a la cervecería, pero esta vez montado a caballo y con una motosierra, provocándoles un gran susto a los clientes que se encontraban en el lugar.

Este terrible episodio, por suerte no pasó a mayores, ya que un cliente (que reconoció al hombre con la motosierra) y sabía manejar esta herramienta, tomó por sorpresa al enajenado por atrás y le quitó la máquina, logrando apagarla. Por otro lado, uno de los meseros bajó la persiana de la cervecería para evitar que este hombre decidiera escapar, ya que la policía nacional estaba en camino.

La policía decidió caratular la investigación como "Amenazas leves", ya que ningún cliente o trabajador resultó herido, y el dueño del lugar optó por no denunciar lo sucedido.