Durante las Fiestas, gran parte del país se encuentra bajo alerta por altas temperaturas debido a una ola de calor extremo que afecta a ocho provincias. El aumento sostenido de los registros térmicos representa un riesgo concreto para la salud, especialmente en niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas, según advirtieron especialistas del Hospital de Clínicas.
Ola de calor y riesgos para la salud
El avance del verano y la repetición de episodios de calor intenso exponen a la población a condiciones climáticas que pueden alterar el funcionamiento normal del organismo. Las temperaturas elevadas y los cambios bruscos del clima favorecen la aparición de cuadros de agotamiento por calor y golpe de calor, que pueden derivar en complicaciones graves si no se detectan a tiempo.
Cómo regula el cuerpo la temperatura
El médico clínico Diego Sánchez Gelós, especialista en Medicina Interna del Hospital de Clínicas de la UBA, explicó que el organismo humano cuenta con mecanismos fisiológicos que permiten mantener la temperatura corporal en valores normales, generalmente entre los 36 y 37°C. Este equilibrio es esencial para el correcto funcionamiento de los sistemas vitales.
Cuándo aparece el golpe de calor
Según el especialista, la combinación de altas temperaturas y deshidratación puede interferir con los mecanismos de regulación térmica. Cuando estas defensas fallan, el cuadro de agotamiento puede progresar hacia un golpe de calor, una situación clínica que requiere atención médica inmediata.
Síntomas del golpe de calor
En los casos más severos, el golpe de calor se manifiesta con signos clínicos característicos. Sánchez Gelós detalló que en estas situaciones “se agrega fiebre mayor de 39°C, piel roja, caliente y seca, falta de lágrimas, empeoramiento del dolor de cabeza, apatía, somnolencia, vértigos, confusión y desorientación mental, delirios, pérdida del conocimiento, pudiendo llegar a las convulsiones”.
Grupos con mayor vulnerabilidad
El riesgo de sufrir un golpe de calor es más elevado en los adultos mayores, quienes suelen percibir menos la sensación de sed, y en los niños pequeños, que dependen de terceros para una hidratación adecuada. También presentan mayor vulnerabilidad las personas con enfermedades cardiovasculares, diabetes u otras patologías crónicas que pueden agravar el impacto del calor extremo.
Qué hacer ante los primeros síntomas
Frente a la aparición de signos iniciales de agotamiento por calor, el especialista indicó que “en el inicio de los síntomas el manejo implica garantizar descanso en ambientes frescos y secos (usar ventilador o aire acondicionado), aflojar o sacarle la ropa y usar paños húmedos o agua fresca para enfriar el cuerpo”.
Importancia de la hidratación inmediata
Además del enfriamiento, la hidratación cumple un rol central en el manejo inicial. Sánchez Gelós remarcó que es fundamental “darle de tomar agua si la persona está consciente, ofrecer líquidos frescos, preferentemente agua o pecho en lactantes y evitar bebidas azucaradas o calientes”. Ante cualquier empeoramiento del cuadro o episodios de desvanecimiento, se debe contactar de inmediato al sistema de emergencias.
Medidas para prevenir el golpe de calor
Entre las principales recomendaciones para reducir riesgos durante jornadas de calor extremo se destaca la necesidad de mantener una hidratación regular, incluso sin sensación de sed. Los adultos deben consumir al menos dos litros de líquidos por día, mientras que en lactantes se aconseja aumentar la frecuencia de la lactancia.
Ambientes y exposición al sol
Se aconseja permanecer en espacios frescos, ventilados y secos, y evitar la exposición directa al sol en las horas de mayor radiación, especialmente entre las 10 y las 17. Al aire libre, es importante buscar sombra y reducir el tiempo de permanencia bajo el sol.
Ropa, alimentación y actividad física
El uso de ropa clara, liviana y de algodón, junto con gorras o sombreros, facilita la correcta regulación térmica. En cuanto a la alimentación, se recomienda priorizar frutas y verduras con alto contenido de agua y evitar comidas pesadas. La actividad física debe realizarse en horarios más frescos, como la mañana temprano o el atardecer, manteniendo una hidratación adecuada antes, durante y después.
Cuidado especial de niños y adultos mayores
Los niños y adultos mayores requieren un seguimiento constante durante las olas de calor. Es fundamental garantizar el acceso permanente a líquidos y asegurar que permanezcan en lugares frescos y bien ventilados, incluso dentro del hogar.
Errores frecuentes que aumentan el riesgo
El especialista señaló que existen conductas habituales que incrementan significativamente el riesgo de golpe de calor. Entre ellas se encuentran esperar a tener sed para beber, consumir alcohol, bebidas azucaradas o con cafeína, exponerse al sol o hacer ejercicio en los horarios de mayor temperatura, y utilizar ropa oscura o gruesa que dificulta la disipación del calor corporal.
Cómo actuar ante un golpe de calor
Ante un cuadro confirmado de golpe de calor, Sánchez Gelós fue enfático al señalar: “No pierdas tiempo, activa el sistema de emergencia”. Mientras se espera la asistencia médica, es clave iniciar de inmediato el enfriamiento corporal para reducir la temperatura.
Medidas de enfriamiento de urgencia
El especialista explicó que se debe “refrescar a la persona con lo que tengas a tu alcance”. Entre las acciones recomendadas mencionó “mojarla con agua fría, llevarla a la ducha o bañera, rociarla con una manguera o usar un repasador, toalla o esponja mojadas”, haciendo foco en zonas como el cuello, las axilas y la ingle.
Cuándo ofrecer líquidos y realizar RCP
En los casos en que la persona esté consciente, indicó que “si la persona está consciente, ofrécele agua fresca”. En situaciones más graves, agregó que “si la persona pierde el conocimiento, no se mueve (no responde) y no tose ni respira, comenzá la reanimación cardiopulmonar (RCP)”, siempre que se cuente con la capacitación adecuada, hasta la llegada del sistema de emergencias.



