En un contexto de crisis económica y precios en alza, muchos hogares buscan alternativas sin elevar demasiado los costos. Las milanesas de carne picada se posicionan como una opción accesible que, además de ser más económica que el peceto, ofrece una textura jugosa y un sabor más intenso.
Preparación básica y ventajas prácticas
La elaboración es simple: se mezcla carne picada con condimentos, huevo y una mínima cantidad de pan rallado para dar consistencia. Luego se forman piezas planas, se empanan y se cocinan fritas o al horno. A diferencia del peceto, que requiere cortes finos y uniformes, la carne picada permite ajustar la forma y el grosor según el gusto, reduciendo el desperdicio y optimizando el rendimiento por kilo.
Costo y rendimiento por porción
El principal beneficio es el menor costo. Un kilo de carne picada suele valer entre un 30 % y un 50 % menos que el peceto, lo que permite preparar una cantidad mayor de porciones con el mismo presupuesto. Esta diferencia resulta clave en tiempos de inflación o cuando se busca mantener una dieta casera sin aumentar el gasto semanal.
Sabor y textura frente al peceto
Las milanesas de carne picada sorprenden por su sabor más marcado y su textura tierna. El leve contenido de grasa natural de la mezcla aporta jugosidad, mientras que el peceto, por ser un corte magro, tiende a resultar más seco si se cocina en exceso. Por este motivo, muchos consumidores encuentran que las de carne picada tienen un mejor sabor general, especialmente cuando se fríen y el rebozado queda crujiente.
Una alternativa adaptada al bolsillo y al gusto
Además de su precio accesible, las milanesas de carne picada permiten incorporar condimentos o mezclas (como ajo, perejil o queso rallado) que realzan su sabor sin encarecer la preparación. Son prácticas, rinden más y conservan el espíritu casero que caracteriza a este plato típico argentino, ofreciendo una solución sabrosa y económica en momentos donde cada peso cuenta.

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