El pasado miércoles, la Plaza de San Pedro fue escenario de un acontecimiento inesperado: el Papa León XIV recibió una pizza de pepperoni proveniente directamente desde Chicago. El gesto captó la atención de los presentes y generó una fuerte repercusión en medios internacionales.
La pizza, de la reconocida cadena Aurelio’s Pizza, fue entregada en mano al pontífice, quien no ocultó su emoción al reconocer el característico logo del establecimiento que frecuentaba durante su juventud en Illinois.
Un vínculo con las raíces estadounidenses
León XIV, anteriormente conocido como el cardenal Robert Francis Prevost, nació en el estado de Illinois y fue elegido como el primer Papa estadounidense a principios de este año. A sus 69 años, mantiene un estrecho lazo con las costumbres del Medio Oeste de los Estados Unidos, en especial con la gastronomía local.
La pizza de Aurelio’s ocupa un lugar destacado en sus recuerdos, siendo un plato que ha disfrutado desde la década de 1960, según relatan sus allegados. Su hermano, John Prevost, confirmó que esta receta representa un símbolo afectivo para el pontífice.
Una logística singular para una entrega especial
La historia detrás de la entrega comenzó semanas antes, cuando un grupo de católicos del Medio Oeste, liderado por el creador de contenido Jayden Remias, se propuso enviar al Papa una pizza de su infancia. Remias viajó a Chicago para adquirir una pizza congelada de Aurelio’s y organizó el traslado con la colaboración de Madeline Daley, una joven de Cincinnati.
Daley aceptó el desafío de llevar el producto hasta Roma, encargándose del trayecto final. Con una caja de pizza en mano y un cartel con el mensaje “Tenemos la pizza de Aurelio”, logró captar la atención del Papa durante su tradicional recorrido por la Plaza de San Pedro.
El momento del encuentro con el sabor de la infancia
Al identificar la caja, el Papa reaccionó con una sonrisa y gestos de entusiasmo. La escena fue captada por numerosos asistentes y medios internacionales. Daley relató a NBC News que el pontífice mostró “una sonrisa de oreja a oreja” y que su alegría fue inmediata al ver el logo del local de Homewood, su barrio natal.
León XIV solicitó a su equipo de seguridad que aceptaran la caja y expresó su agradecimiento levantando el pulgar. Testigos confirmaron que el Papa degustó la pizza personal de pepperoni con evidente satisfacción, en un gesto que fue interpretado como una muestra de cercanía y autenticidad.
Repercusiones en Estados Unidos y en la comunidad de Aurelio’s
Joe Aurelio, actual presidente de la cadena, expresó su sorpresa y orgullo al saber que su producto llegó hasta manos del Papa. Confirmó que León XIV ha sido un cliente habitual del local de Homewood durante décadas, y destacó la conexión que mantiene con la marca desde su juventud.
La familia del Papa también celebró el gesto, al igual que los seguidores de Aurelio’s Pizza, quienes vieron en el episodio una validación del valor cultural de la pizza de Chicago. La escena generó numerosas reacciones en redes sociales y fue ampliamente difundida por medios como NBC News y The New York Post.
Un gesto que trasciende lo simbólico
Más allá de la anécdota, el episodio ha sido interpretado como una manifestación de la dimensión humana del papado. El hecho de que León XIV se haya detenido a aceptar una pizza en plena Plaza de San Pedro sugiere una disposición a mantener vivo el vínculo con su historia personal, aún desde la más alta responsabilidad eclesiástica.
Para muchos observadores, la imagen del Papa saboreando un plato de su infancia representa una fusión entre lo íntimo y lo institucional, reafirmando que incluso en los contextos más solemnes persiste el valor de los orígenes y las pequeñas tradiciones.
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