Un policía entrerriano afirma haber sido atacado por un "Ente Maligno" en la comisaría. Los presos avalan sus dichos.
El hecho ocurrió en la ciudad de Gualeguaychú, donde Mauro Reinaldi, "el Ruso", efectivo de la Policía de Entre Ríos, denunció haber sido atacado por un espíritu maligno en los calabozos de la Jefatura Departamental donde se encontraba trabajando.
El uniformado, que trabaja desde hace un año como celador de los calabozos, donde se encontraban 13 reclusos transitorios en el momento del suceso, expresó que "desde hace un tiempo que se escuchaban ruidos extraños, golpes y gritos de arriba de las celdas", donde se encuentran más calabozos, todos ellos vacíos.
Este viernes pasado cerca de las 4 am, Reinaldi subió a comprobar qué ocurría en los calabozos presuntamente vacíos, donde ocurrió el ataque del que son testigos los reclusos.
"Siento como que me agarran desde adentro de una celda y empiezo a forcejear como con una persona toda de negro, encapuchada... Quedé todo rasguñado. Entré en nerviosismo, pedí auxilio y socorro, me oriné, esta persona me quería matar, no tenía otra intención, era un ente, no sé cómo llamarlo. La fuerza es impresionante, no me lo podía sacar de encima", indicó Mauro mientras cuenta que los reclusos habían visto en otras oportunidades a la sombra que lo atacó.
En el momento de ser atendido, Reinaldi mostró los rasguños y heridas que tenía en el cuello, brazos, pecho, y una cruz marcada en la espalda. "No alcancé a ver las uñas, decía te voy a matar, te voy a matar, tenía la voz gruesa y ronca", declaró, quebrado. También cuenta que desde que ocurrió el ataque, no duerme bien, tiene pesadillas y se despierta con temblores.
"Así como existe Dios, existe el diablo y puede ser que alguien me odie", sostiene, con la teoría de que fue víctima de algún hechizo satánico, y asegura que no volverá a trabajar en el lugar "bajo ninguna circunstancia".
Tras el hecho, fue internado en el hospital psiquiátrico de la ciudad, y luego trasladado a su casa para que se recupere junto a su familia. Mientras tanto, los detenidos solicitaron ser trasladados a la Unidad Penal 9 debido al miedo que les generó el ataque, por lo que la Jefatura convocó al Padre Mauricio Landra para que realice un oficio religioso en los calabozos.
"Es inexplicable lo que pasó. Recé con los detenidos, estaban muy asustados, con dificultades para descansar, para dormir, como un cierto temor hasta para ir al baño", declaró el Padre.
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