La política de Estados Unidos hacia Venezuela continúa marcada por la presión diplomática, económica y estratégica. En ese contexto, la administración de Donald Trump ha comenzado a analizar distintos escenarios ante una eventual salida de Nicolás Maduro del poder, ya sea por dimisión o por un cambio forzado en el gobierno.
Planes internos ante un posible cambio de poder
Funcionarios de alto nivel del gobierno estadounidense han señalado que existen planes internos orientados a evaluar qué acciones podrían tomarse si se produce un vacío de poder en Venezuela. Estas iniciativas no han sido anunciadas de manera oficial y se mantienen en un ámbito reservado dentro de la Casa Blanca.
Según fuentes con conocimiento de las discusiones, los planes para el escenario posterior a la salida de Maduro se están “elaborando discretamente y se guardan bajo llave en la Casa Blanca”. La administración no ha reconocido públicamente que su objetivo sea provocar el derrocamiento del mandatario venezolano.
Escenarios para la estabilidad política y social
Los análisis contemplan diferentes alternativas para estabilizar el país tras un eventual cambio de gobierno. Entre los puntos evaluados se encuentran mecanismos para evitar el colapso institucional, garantizar el funcionamiento de servicios básicos y contener posibles tensiones sociales.
Una fuente familiarizada con estas evaluaciones explicó que es “responsabilidad del gobierno estadounidense prepararse para todos los escenarios que puedan presentarse en el mundo”. Este enfoque incluye el estudio de opciones diplomáticas y de coordinación internacional en caso de una transición política en Venezuela.
Contacto con la oposición venezolana
De acuerdo con informantes cercanos a las conversaciones, sectores de la oposición venezolana habrían compartido con Washington sus propios planes para un escenario posterior a la salida de Maduro. Estas propuestas forman parte del intercambio de información que el gobierno estadounidense considera en sus evaluaciones estratégicas.
No obstante, no está claro si estas iniciativas opositoras coinciden con los lineamientos que analiza la Casa Blanca ni qué actores políticos tendrían un rol central en una eventual transición.
Reconocimiento de Edmundo González como presidente electo
El gobierno de Donald Trump ha cuestionado de forma reiterada la legitimidad de las elecciones presidenciales de 2024 en Venezuela. Según el Consejo Nacional Electoral, Nicolás Maduro resultó ganador, pero esta versión no ha sido aceptada por Estados Unidos.
El Departamento de Estado ha aclarado que no reconoce a Maduro como presidente y que considera a Edmundo González Urrutia como el presidente electo de Venezuela. Sin embargo, se desconoce si González o la dirigente opositora María Corina Machado forman parte de los planes específicos de Washington para un escenario de transición.
Aumento de la presión política y judicial
Las presiones contra el gobierno venezolano se intensificaron luego de que la administración Trump acusara a Maduro de liderar el Cartel de los Soles. En ese marco, Estados Unidos incrementó la recompensa por su captura y reforzó su discurso contra el entorno del mandatario.
Estas medidas forman parte de una estrategia más amplia orientada a aislar políticamente al gobierno venezolano y a debilitar sus fuentes de respaldo internacional.
Despliegue militar y operaciones en la región
El gobierno estadounidense también ha reforzado su presencia militar en el Caribe, con el objetivo de combatir actividades ilícitas vinculadas al narcotráfico. En este contexto, se han llevado a cabo operativos contra supuestas narcolanchas en aguas de la región.
Estas acciones buscan limitar las rutas de tráfico y enviar una señal de control estratégico en un entorno considerado sensible para la seguridad regional.
Planes de inteligencia y opciones encubiertas
El presidente Trump reveló que autorizó a la CIA a elaborar planes para una posible operación encubierta en Venezuela. Además, reconoció que se evaluaron escenarios que incluían acciones terrestres contra organizaciones criminales vinculadas a cárteles.
Estas evaluaciones no implican necesariamente una ejecución inmediata, pero reflejan el alcance de los escenarios que la administración estadounidense ha considerado en su planificación.
Restricciones al sector petrolero venezolano
Como parte de la presión económica, Trump ordenó un “bloqueo total de todos los petroleros autorizados que entran y salen de Venezuela”. Esta decisión apunta a limitar los ingresos provenientes del sector energético, una de las principales fuentes de financiamiento del Estado venezolano.
Las medidas sobre el petróleo se suman a sanciones previas y refuerzan el impacto económico sobre el país, en un contexto de alta tensión política y diplomática.
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